Una cruel historia de amor

Un día, mientras paseaba por el parque, vi a un joven que hizo nacer en mí una bella sensación. El era alto y de cabellos cafés que hacían juego con sus ojos de profundo mirar. Al verlo sentí que estábamos hechos para estar juntos.
Los días pasaron y yo seguía pensando en él. Pronto entraría a clases y ya no lo vería más ya que con los estudios no podría visitar el parque. Pasé muchos días triste en mi casa, no quería que lleguen las clases, pero de todos modos esto ocurrió.
Al llegar al colegio y ver esa gran puerta por la que todos entraban queria escapar pero sabia que mi vida debia continuar. cuando entré a la clase lo vi, estaba sentado el final del salón, rodeado de las chicas más coquetas de mi clase, entre ellas la peor de mis rivales, Ignacia. Nosotras solíamos ser amigas, pero un día ella dejó de hablarme y solo me enviaba notas demostrando un odio sin motivo. De este modo nuestra amistad se rompió y ahora solo quedaban recuerdos que cada ves se hacían más amargos.
Entré rápidamente a la sala para pasar inadvertida ante Ignacia. Durante esa clase no pude centrar ni un segundo mi atención en otra cosas que no fuera aquel joven que cautivó mi alma. El hecho de saber que se encontraba en la misma escuela que yo y que además seriamos compañeros me tenia totalmente desconcetrada.
Cuando tocaron para el recreo, Ignacia se acercó a Felipe y este le envió una sonrisa que expresaba su interés hacia ella. Queria evitar a toda costa que ella se le acercara pero no lo conseguí. Semanas después me enteré de que estaban juntos. Ellos ya eran novios y yo estaba triste, esperando escapar de esa cruel realidad.