I

Iba corriendo por la avenida, mis piernas me pedían a gritos que pare, pero mi mente no hacía más que mantenerlas en movimiento. Nunca podré olvidar aquellas imágenes, todo era perfecto antes de que todo ocurriera, yo era feliz, eramos felices.
A mi me parecía un día como cualquier otro. A las 7:00 AM sonó la alarma de mi celular, nos levantamos y nos fuimos a la ducha, juntos como todas las mañanas desde que habíamos decidido vivir juntos. Me puse mi bata y bajé a preparar el desayuno, jugo de naranja, tostadas con manjar y aquel delicioso café que Andrea me había regalado la semana anterior; ella sabía como amaba tomar café las mañanas antes de irme al estudio.Cuando ya estaba todo casi listo él empieza a bajar las escaleras, me sonríe y disfrutamos el desayuno compartiendo nuestros planes para el día. Mientras yo iba a arreglarme el limpia la loza y finalmente salimos juntos de la casa. El llevaba su maleta negra, yo mi bolso deportivo.
A veces me parece increíble como nos conocimos. Quien diría que ese aburrido abogado amante de la política terminaría compartiendo su vida con aquella bailarina que de aterrizada tenía poco y de olvidadiza mucho. Pero bueno, la vida es una de las cosas más impredecibles que hay. Un día mientras salía de la cafetería a toda prisa se me dio vuelta el café al chocar con un joven que iba despistado hablando por teléfono. Llevaba un traje negro y la corbata suelta. Apenas se dio cuenta de lo que causó se apresuró a entregarme un pañuelo para que me limpie, pero sacar una mancha de café de mi abrigo sería algo que sin lugar a dudas un pañuelo no lograría. Debo admitir que era atractivo, por eso acepté su tarjeta cuando me dijo que le envíe la ropa a la oficina para mandarla a la tintorería y bueno, a la semana estábamos tomando un café mientras yo lucía mi abrigo blanco como si nada le hubiera ocurrido.
Lo chistoso de todo es que finalmente esa "cita" se convirtió en el inicio de una gran amistad la cual con el tiempo me llevó a conocer a Matías, el aburrido abogado amante de la historia con quien vivo ahora y con quien estoy comprometida. Con Lucas nunca pasó nada, apenas nos pusimos a conversar en la cafetería aquella vez nos dimos cuenta de que no había conexión alguna entre nosotros más que a ambos nos gustaba bailar. Lucas era el mejor amigo de Matías, habían ido juntos a la universidad y compartido un sin fin de fiestas. claro que Matías había se había vuelto un amante de la rutina laboral y Lucas seguía de fiesta en fiesta cuando su trabajo en la oficina se lo permitía.
Para el cumpleaños 28 de Lucas Matías fue a la fiesta. La química entre nosotros fue increíble, de algún modo nos las arreglamos para hablar toda la noche, nunca hubiera creído que ese aburrido amigo del que tanto me hablaba Lucas fuera uno de los hombres más cautivadores que habría de conocer.
Pero bueno, todo eso es pasado. Ahora solo quiero seguir corriendo y olvidar todo lo ocurrido, nada será lo mismo desde este momento.