Si de algo debo darle gracias a Dios, es por la gente que me rodea. Si, en todo el mundo hay gente mala, sin valores, que solo se preocupa por si mismo, pero también hay gente buena, gente que ilumina tus días. Cuando entré a la universidad nunca creí conocería a personas tan bellas. Esperaba encontrarme con gente vacía, sin algún sentido por el que vivir, pero me equivoqué, gracias a Dios me equivoqué. Ahí conocí, y sigo conociendo gente hermosa, con mucho que entregar al mundo, con un alma. Encontré grandes amigas, amigos. Gente que me llena, me hace saltar, correr, reír. Gente que me motiva a levantarme todos los días y tomar ese lleno bus. Nunca pensé encontraría gente asi, me hacen tan feliz.
A veces me siento sola, es inevitable ya que yo misma me retraigo, el miedo a sufrir otra decepción es grande. Cuando entrego mucho de mi, suelo arrepentirme. Le entrego mucho de mi a gente que no lo merece.
Lindas estrellitas entraron en mi vida el año pasado, algunas fueron solo cometas, otras, se mantienen, fuertes y brillantes. Mis nuevos amigos, la gente con la que quiero compartir mis experiencias, mi vida.
P.D: sorry por el caos al escribir, solo están ahí las ideas que vienen a mi cabeza en el mismo orden que aparecen. Cero coherencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario