Me pregunté
innumerables veces como me sentiría, si me gustaría o no, si tendría el mismo
efecto en mi. Me pregunté si todo valía la pena, si acaso no era mejor terminar
todo, muchas veces esa idea pasó por mi mente. Me pregunté si lo disfrutaría
tanto como lo hacía antes, si acaso el factor riesgo no cambiaría las cosas.
Era otro contexto, otros los involucrados, otras las trabas ¿cambiaría eso como
la situación me hacía sentir?
La verdad
para algunas de esas preguntas aún no tengo respuesta. Sin duda me siento bien.
Hay cosas que podrían estar mejor, pero “hay
que darle tiempo al tiempo”, dejar que las aguas se calmen. Cambió el contexto,
se eliminó gran parte del factor riesgo. Pero al menos para mí no fue un gran
cambio. Sin duda sigue generando un efecto en mí, es agradable estar junto a él,
disfruto el tiempo compartido. Si hay algo que a mi parecer no ha cambiado es
aquello que alguna vez describí como mucha química. Se siente bien.
Ahora solo
queda ver cómo se van desarrollando las cosas, viviendo paso a paso. Si algo he
aprendido es que la vida está llena de sorpresas y que debemos estar abiertos a
las oportunidades para sacar lo mejor de ellas. Nada está escrito. A vivir la
vida, con una gran sonrisa en la cara.
Respira,
siente, vive...
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