Más acerca de mi.

Cuando no tienes claros tus pensamientos una buena forma de poder ponerlos en orden es escribiéndolos. Cada una de las cosas que leerán en este blog proviene de mis vivencias y las de mi gente cercana, hechos que causan en mi los más diversos sentimientos. Los invito a uds. lectores a sumergirse en este mundo de emociones, sueños y anhelos. Bienvenidos a mi mundo, un mundo donde todo puede ser posible y donde prima la mágia del amor.

PD: Mis palabras nos siguen una estructura establecida, es solo lo que sale de mi mente mientras escribo. No hay reglas de puntuación ni nada. Caos, así como esta vida en la que estamos. Enjoy

lunes, 17 de septiembre de 2012

Desconfianza

¿Cómo podemos saber cuando confiar en alguien? Es una difícil pregunta ya que nunca tendremos la certeza de que lo que la otra persona dice sea verdad. Se necesitaría una especie de sexto sentido o super poder para entrar en la mente de la otra persona y comprobar que lo que dice es de verdad. Pero solo somos humanos, no tenemos esa clase de poderes.
¿Significa eso que debemos desconfiar de los demás? La verdad creo que no. La desconfianza es la dinamita de toda relación humana, la desconfianza puede transformar los momentos más bellos en algo angustiante. La desconfianza puede lograr separar a dos personas que se tengan un gran amor. El momento en el que dejas de confiar en tu compañero es el momento en el que las cosas ya no están bien.
Unas personas tienen una mayor predisposición a confiar en los demás que otras. La pregunta ahora es: ¿quién sale más perjudicado? ¿aquél que confía o el que desconfía?. El que confía muchas veces sale dañado, suele entregar todo de si por aquella persona en la que confía y luego paf! puñalada por la espalda. Sufre la decepción, vive la angustia de ser traicionado, se siente impotente, estúpido por haber confiado. Por el otro lado, la vida del que suele desconfiar más de la gente puede ser un poco menos angustiosa. Claramente no es decepcionado con tanta frecuencia, él ya se encontraba preparado, tenía sus sospechas. Pero de todos modos no todo es bueno, el que desconfía no vive la relación como la persona que si confía. Es agotador desconfiar de cada cosa que te dicen, se pierden increíbles emociones al no creer cosas que podrían ser bellas, la vida no tiene el mismo colorido. Es una vida más amarga. ¿Quién lo pasa peor? La verdad aún no tengo esa respuesta.
Toda mi vida he sido aquella persona que suele confiar demasiado en las personas. Creía la mayor parte de lo que me decían y muchas veces mi confianza fue traicionada. Unas veces dolió más que otras. Para mi todos eran buenas personas y tenían buenas intenciones. A la larga aprendí a desconfiar un poco de las intenciones de los demás, dejé el mundo color de rosa y vi la realidad. A la larga aprendí a no esperar nada de nadie, ni cosas malas ni buenas. Aprendí a vivir en armonía con la realidad imperante, una realidad en la cual cada uno vela nada más que por su propio bien. Aunque siempre hay excepciones y son aquellas excepciones las que me motivan a confiar en los demás.
Como dijo una vez Gabriel García Marquez
"Siempre habrá gente que te lastime, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando y sólo ser más cuidadoso en quien confías dos veces."

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