El laberinto de la vida es bastante curioso. Puede parecer angustiante en algunos momentos, cuando te sientes atrapado y crees que solo hay una salida. Otras, puede ser realmente una aventura, sumergirse entre los pasadizos, descubrir nuevas vías.
Hay mil vueltas, millones de caminos distintos que te llevan a distintas salidas. Hay otros caminos que se unen en un punto y que te llevan al mismo destino. Uno nunca puede saber que es lo que te espera en la siguiente esquina.
Creo que eso es lo que me lleva a seguir moviéndome. La vida sería muy aburrida si supiéramos con exactitud que es lo que ocurrirá en el segundo siguiente. Eso es lo que le da la magia al asunto. Claro que uno puede hacer lo que guste con su vida, uno elige que caminos tomar, pero realmente uno no sabe si esos caminos te llevarán a donde quieres ir finalmente.
Ahora solo queda ver a donde me lleva este laberinto, cual es el final de este camino. Por el momento estoy tranquila de que tomé la ruta correcta y que al mismo tiempo es la más sana para quienes me rodean. La tormenta aún no desaparece, pero se hace el intento de disiparla.
A disfrutar de esta vida se ha dicho, siempre mirando el lado positivo.
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